7 habilidades blandas para desarrolladores

¿Qué son las “habilidades blandas”?

Hoy en día, las soluciones más progresistas (y útiles para el mundo) no son el resultado de las noches sin dormir de un genio solitario, sino del trabajo en equipo. Una de las vacunas contra el coronavirus fue el resultado de una colaboración entre la Universidad de Oxford y AstraZeneka. En el sitio web de la Universidad de Oxford, en la sección de Investigación académica, además de inmunólogos y especialistas clínicos, hay especialistas en el campo de la inteligencia artificial, analistas de datos, programadores y especialistas en modelado matemático, lo que enfatiza un enfoque interdisciplinario.

El Proyecto Genoma Humano no solo involucra a biólogos, físicos y químicos, sino también a ingenieros, especialistas en IT y éticos. En las compañías individuales, la demanda de equipos multifuncionales va en aumento. Esto significa que además de las disciplinas clásicas en STEM y las habilidades duras, el éxito en una carrera como especialista en IT está cada vez más asociado a las habilidades blandas flexibles, necesarias para un trabajo en equipo exitoso.

Durante más de 7 años, he estado preparando a especialistas en IT (principalmente desarrolladores) para entrevistas con clientes. Según lo que veo, en las fuentes abiertas hay muchos materiales relacionados con las llamadas “entrevistas de comportamiento” en este campo. Por supuesto, en dichas entrevistas, todavía estamos hablando de los principios del código de alta calidad, las bibliotecas modernas y los marcos de trabajo. Sin embargo, el enfoque no se basa únicamente en el conocimiento técnico y las habilidades del candidato, sino en algo más. Siguiendo el enfoque de una entrevista de comportamiento típica, se pueden determinar qué habilidades blandas serían útiles para un desarrollador.

Las 7 habilidades blandas de un programador

Autopromoción

“Háblame de ti” es a menudo una de las primeras frases que se escuchan en las entrevistas de trabajo. El enunciado puede variar, por ejemplo: “¿Por qué elegiste este lenguaje o esta tecnología o este marco?”, “¿Qué te trajo a nosotros?”, “¿Qué te atrajo de nuestras vacantes o productos?”, y así sucesivamente. La forma no es tan importante como el contenido. Para responder a la pregunta, es útil una habilidad que podría denominarse “autopromoción”. Consiste en comprender aquello en lo que te destacas, lo que quieres aprender y lo que no harías y por qué. Si dominas esta habilidad, podrás contarle a quien te entreviste, con confianza y lógica, qué beneficios recibirás del equipo a lo largo de tu cooperación.

Además, una elección consciente sobre lo que no quieres y no harás te permite garantizar que no irás a trabajar cada mañana arrastrando los pies o sin motivación, ni terminarás trabajando en una compañía que tiene valores diferentes de los tuyos. Si sabes con seguridad que quieres trabajar en proyectos en el campo de Ciencias de la vida y salud (quizás tu educación principal sea química y quieras aprovecharla para mejorar la calidad de vida de las personas), es poco probable que te inclines por las compañías de desarrollo de videojuegos.

Pensamiento crítico

Una tarea práctica. Hoy en día sería raro ir a una entrevista de IT en la que no se requiera resolver una tarea práctica. Dejemos de lado el tema de cómo prepararse para resolver dichos problemas, su complejidad y las habilidades duras más útiles. Para el presente propósito, es más interesante considerar qué habilidades blandas demostrará un/a candidato/a mientras completa la tarea. ¿Procederá inmediatamente a concentrarse en la tarea o hará preguntas aclaratorias sobre puntos ambiguos? Incluso si todo está claramente indicado en la tarea, ¿el/la candidata/a aclarará los criterios para el resultado (es importante presentar un código de trabajo o mostrar un razonamiento en 20 minutos) o se basará en sus propias ideas? Una vez aclaradas todas las preguntas antes de empezar, ¿se pondrá a trabajar en silencio o comentará sus acciones, explicando su elección de enfoques para resolver el problema?

El pensamiento crítico es útil para un análisis integral de la información entrante y la capacidad de identificar la esencia del problema en lugar de confiar únicamente en la experiencia personal y los métodos habituales de resolución.

Mentalidad de consultor

Otra habilidad valiosa es la llamada mentalidad de consultor. Puede describirse como un cambio entre pensar “¿Qué debería hacer?” a “¿Cómo podría hacer mejor esto?” (sujeto a las condiciones y restricciones conocidas).

La importancia de esta habilidad se puede ver en un ejemplo cotidiano. Imagina que un cliente entra a una cafetería. El barista ve a este cliente por primera vez. En respuesta a una solicitud de café, el barista (sin pensamiento crítico y una mentalidad de consultor) se vuelve silenciosamente hacia la máquina de café, prepara un latte de nuez y lo coloca delante del cliente. Si le preguntas al barista por qué hizo esto, la respuesta podría ser: “Porque a esta hora del día, todo el mundo pide un latte de nuez”, “Porque tenía ganas de hacer eso”, “Porque es más rápido”, “Porque el cliente tiene una camisa de color avellana”. ¿Y si ese cliente eres tú? ¿Y si el cliente es intolerante a la lactosa o alérgico incluso a trazas de nueces?

Se necesitan pensamiento crítico y una mentalidad de consultor para aclarar todos los detalles importantes para resolver un problema. Es vital en una situación que involucra trabajo en equipo o la asociación con otra empresa acordar las condiciones y restricciones para la implementación de un proyecto, reconocer cómo las decisiones perdurarán en el futuro y entender quién será el usuario final del producto.

Flexibilidad y adaptabilidad

“¿Y qué pasaría si...?”. Supongamos que el candidato ha alcanzado un resultado: la solución está lista y funciona. En este punto, el exigente entrevistador dice: “¿Qué pasa si usamos Y en lugar de X?”, “¿Qué pasa si la cantidad de datos se duplica?”, “Pero ¿qué pasa si la prioridad no es la velocidad, sino la calidad?”, “¿Cómo repercutirá esto en la decisión?”, “¿En qué entorno no funcionará esta solución?”.

Aquí es donde resultan útiles habilidades blandas como la flexibilidad y adaptabilidad, la resistencia al estrés y la capacidad de recuperación (resiliencia). Los últimos 2-3 años nos han demostrado a todos cuán impredecible y cambiante es el mundo. En respuesta a estos desafíos, los equipos de proyecto y las empresas están acelerando y variando las soluciones. Agile y los enfoques de fail safe – fail fast han ganado popularidad. En la práctica, para un desarrollador individual, esto significa que el mismo día en que anuncian con alegría y orgullo en una reunión regular de equipo que, finalmente, después de numerosos intentos para resolver una tarea muy difícil, están listos para ofrecer una opción de trabajo, escuchan al o a la PM decir: “¡Excelente! Gracias por tu experiencia, pero ayer se decidió que ahora vamos a...” (elige una) usar la tecnología X / centrarnos en 3 veces la cantidad de datos / trasladar la solución a la nube / renunciar a esta funcionalidad, etc.

Esto sucedió antes, pero ahora el número de este tipo de casos está creciendo como una bola de nieve que avanza cuesta abajo. Una decisión tomada concierne a todo el equipo o producto, pero la actitud de los miembros individuales ante la decisión variará mucho dependiendo de sus habilidades blandas. Si tu flexibilidad y adaptabilidad están bien desarrolladas, pasarás rápidamente de lamentarte por las oportunidades perdidas a buscar nuevas, y lidiarás con la irritación momentánea de manera más efectiva, invirtiendo menos tiempo y recursos personales en ello.

Resiliencia

Si, una y otra vez, una solución descrita en un libro o una teoría comúnmente aceptada no funciona en la práctica, o si una solución que funcionó ayer está fallando hoy sin motivo aparente, una resiliencia bien desarrollada te ayudará a acercarte a la actitud descrita por Max Frei. El autor dijo: “Desearía poder enseñarte a pensar en lugar de ‘Ay, qué mal está todo’ a ‘Vaya, qué interesante’, pero esta actitud ante la vida solo llega con la experiencia”.

Imagina a un corredor, un campeón olímpico. Su habilidad dura de “correr” está al límite, lo saben y es obvio para todos los que lo rodean. Cambiemos el entorno: en lugar de la pista del estadio, enviaremos a nuestro corredor al agua. Sus intentos de aplicar sus mejores habilidades para correr serán en vano. ¿Qué puede hacer? Nuestro héroe (como cada uno de nosotros) tiene una elección: regañar al agua por la falta de la densidad adecuada, buscar excusas por la velocidad de movimiento insuficiente, volver al suelo firme bajo sus pies o dominar nuevas habilidades. ¿Aprender a nadar, volverse otra vez un “junior” en una nueva habilidad? La elección que hagamos quedará determinada por nuestra flexibilidad, adaptabilidad y resiliencia.

Inteligencia emocional y negociación

Para finalizar, en el último lugar de nuestra lista se encuentran dos habilidades más, pero por cierto no son las menos importantes. La inteligencia emocional es el reconocimiento y entendimiento de las emociones propias y las emociones de quien te entreviste. Se trata de la capacidad de trabajar con tu estado emocional y adaptar la conversación dependiendo del estado emocional de tu interlocutor (o el público, en caso de hablar ante mucha gente). Y la capacidad de negociar es una habilidad que implica el reconocimiento de intereses comunes posibles cuando te enfrentas a posiciones aparentemente opuestas, y la capacidad de avanzar hacia un acuerdo mutuo (o retirarse de las negociaciones o relaciones si la posibilidad de “tomar y dar” se vuelve inaceptable). Hay más que suficiente información disponible sobre estas habilidades. Solo agregaré que es imposible entrenarlas leyendo libros o viendo videos instructivos. Sería como aprender a patinar viendo videos: puedes ver 10,000 horas de grabaciones de patinaje, pero tu primer intento de repetir lo que viste, al mismo ritmo y en las mismas condiciones que los maestros experimentados, terminará en una dolorosa colisión con la realidad.

¿Por qué se valoran las habilidades blandas en IT?

Hoy en día, es útil que los programadores en IT (y no solo programadores ni solo en TI) desarrollen

1. La autopromoción, para poder transmitir claramente cuánto se beneficiará el equipo, el proyecto y la empresa de interactuar contigo. Y también para comprender lo que tú, como especialista, obtendrás de la cooperación con un equipo, un proyecto y una empresa en particular, como base para una asociación mutuamente beneficiosa a largo plazo.

2. El pensamiento crítico, para un análisis integral del problema, de modo que no solo se tenga en cuenta su contenido, sino también el contexto en el que se aplicará una solución.

3. La mentalidad de consultor, en cooperación con los representantes de negocios, para buscar un equilibrio entre la calidad de una solución de ingeniería y las limitaciones de la infraestructura disponible o los requisitos estrictos de la industria.

4. La flexibilidad y adaptabilidad, para responder eficazmente a los cambios y percibir los errores no como fracasos, sino como información de que algo no está funcionando y buscar otros caminos.

5. La resiliencia, para avanzar hacia el éxito como lo describió Winston Churchill cuando dijo: “El éxito consiste en ir de fracaso en fracaso sin perder el entusiasmo”.

6. La inteligencia emocional, para reconocer tu estado emocional y el del interlocutor, y adaptar las comunicaciones en consecuencia.

7. Las negociaciones, para pasar de un choque de posturas a la búsqueda de intereses y beneficios conjuntos.

Conclusión

Hoy en día, al presentar una solicitud para un trabajo, no es suficiente ser un desarrollador de primera categoría. Sin habilidades blandas bien desarrolladas, un programador no llega a ninguna parte. Estas habilidades son críticamente importantes, así que no olvides incluirlas en tu currículum y mejorarlas a diario.